Reparar, rehabilitar y reformar
“La Neue Nationalgalerie, un edificio arraigado al clasicismo pero ejecutado en acero y vidrio”
Recientemente, el mundo ha sido testigo de la reapertura de la única obra en Berlín del famoso arquitecto alemán Mies van der Rohe tras su largo exilio en Estados Unidos motivado por la Segunda Guerra Mundial. Se trata de la Neue Nationalgalerie, un edificio arraigado al clasicismo pero ejecutado con acero y vidrio y que resume, de una manera muy concisa, todos los conceptos que Mies desarrolló a lo largo de su carrera.
Una imponente cubierta cuadrada y apoyada únicamente en 8 pilares que, además, no se sitúan en las esquinas, protege a un gran espacio diáfano únicamente flanqueado por vidrio en sus cuatro fachadas. Una transparencia impropia de la época pero que ya venía introduciéndose en el mundo de la arquitectura a través de los grandes rascacielos de Chicago. El proyecto es singular por la contundencia de la idea, pero sobre todo, por la delicadeza a la hora de su ejecución. Los detalles constructivos, los encuentros en esquina y la perfecta modulación de sus partes, manifiestan una preocupación notoria por la materialidad de la obra. A pesar de su famosa frase “menos es más”, en este caso, deberíamos reseñar otra de sus grandes citas: “Dios está en los detalles”.
El edificio fue inaugurado en 1968 y a pesar del amor por la técnica, en 2012 la oficina de David Chiperfield comenzó con las labores de remodelación que se han visto prolongadas hasta 2021. Los vidrios crujían por los cambios de temperatura, las piezas de piedra del pavimento se resquebrajaban y el sistema de climatización no era del todo acertado para los tiempos que corren. Se han necesitado casi 10 años de delicadas actuaciones para devolver al edificio a su estado original y asegurarse de que vuelva a permanecer intacto otros 50 años.
El propio Chiperfield narra lo difícil que ha sido asumir el valor patrimonial de ciertos elementos constructivos con una fecha tan reciente. Nadie se escandaliza por reparar una moldura del siglo XVIII, pero es complicado interiorizar la importancia de una losa de piedra de los años 60 y por qué es importante repararla y no sustituirla por una actual. Han sido cerca de 35.000 elementos los que fueron retirados con sumo cuidado para su reparación y sin embargo, en la misma ciudad, nos encontramos con el Altes Museum, obra de Friedrich Schinkel y que data del 1823, construido en piedra y fuente de inspiración de Mies. Si no fuera por los incendios que asolaron Berlín en la guerra, seguiría inmaculado, como hace 200 años.
0 comentarios