El Trampantojo
“Hicieron aparecer bóvedas donde solo había un techo plano o una ventana abierta en un muro opaco”
Desde hace ya varios siglos, multitud de artistas, sobre todo pintores, han buscado siempre la manera de expresarse utilizando juegos visuales que ayuden y potencien las ideas o conceptos que buscan transmitir con sus obras. La incorporación de la perspectiva fue uno de los grandes avances a la hora de poder representar en un plano de dos dimensiones espacios tridimensionales, aunque la perspectiva sea una técnica más que extendida e interiorizada por todos nosotros, fue uno de los primeros trampantojos de la historia. Bien sea utilizando cualquiera de sus variantes, desde la visual perspectiva cónica hasta la precisa axonométrica, cualquier dibujo con cierta perspectiva consigue, de manera muy natural, engañar al ojo. No deja de ser una simple ilusión para hacerte pensar que dentro de un folio A4 puede entrar cualquier cosa que imaginemos, desde un edificio hasta una batidora.
Pues bien, como no podía ser de otra manera, sólo algunos genios consiguieron llevar estos trucos un paso más allá. Botticelli, Bellini o incluso el mismísimo Miguel Ángel explotaron el arte desde Italia en la época del Renacimiento jugando con los elementos visuales como nunca antes se había explorado. Hicieron aparecer bóvedas donde solo había un techo plano o una ventana abierta en un muro opaco, es decir, empezaron a transformar la realidad visual como auténticos ilusionistas.
El engaño empezó a formar parte del arte, pero no desde un plano desleal, sino como una forma de investigación acerca de las posibilidades que ofrece la pintura para jugar con la mente del espectador. Para intentar hacer más con menos y ahorrar recursos técnicos y económicos.
Los trampantojos siguieron evolucionando y extendiéndose a diferentes ramas del arte como la escultura, la arquitectura, la fotografía o incluso el cine. Cada una de ellas explorando las posibilidades de su medio, pero todas ellas con el mismo fin: transmitir emociones a través del engaño. Dicen que el arte solo es puro si es sincero, honrado y veraz, pero en realidad, en este mundillo no hay verdades absolutas, así que, si una mentira consigue hacer feliz a tu corazón, ¿quienes son los críticos de arte para valorar tus emociones?
Los trampantojos han conseguido embaucar por igual a reyes y ciudadanos, a pesar de que hoy en día se han quedado como una simple anécdota, apenas reconocidos por los salmorejos esferificados y con forma de tomate raf.
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