
Visión
“Puedes convertir las vistas desde tu ventana en un viaje por el universo al puro estilo Rick y Morty”
Por todos es sabido que la vista es el sentido más omnipresente de todos aquellos conocidos con los que se desenvuelve el ser humano. Es capaz de hacernos sentir emociones en cuestión de segundos, con apenas vislumbrar a través de la ventana de nuestro salón que hoy es un día lluvioso, sin ni siquiera salir a la calle, ya podemos recabar mucha información del exterior y hacernos responder en consecuencia, cogiendo un chubasquero antes de ir a trabajar y por supuesto, arrancar el día diciendo: hoy, migas.
Sin embargo, la lluvia no solo la percibimos por nuestros ojos, el olor a tierra mojada y el fresquito en la piel por la bajada de las temperaturas son solo dos indicadores más que refuerzan lo que nuestros ojos ven. Porque la vista sin el resto de sentidos se queda coja, como un holograma de realidad que nuestro cerebro interpreta pero no termina de aprobar.
La exponencial evolución de la tecnología que llevamos sufriendo las últimas décadas parece estar orientada a manipular cómo percibimos el mundo a través de nuestros ojos. Los ordenadores, móviles o tabletas son los reyes de nuestra sociedad, pero al menos, todos requieren de nuestro tacto para conseguir una relación funcional. Cuestión que los diseñadores industriales tienen bien interiorizada, diseñando los objetos con una fuerte carga háptica.
Pero, ¿qué sucedería si toda la realidad que percibimos con la vista pudiera ser manipulada? Las gafas de realidad aumentada parecen ser la última ocurrencia de los chicos de Silicon Valley, prometen sumergirte en un mundo gobernado por la vista, donde todo es posible. Podremos viajar a través de escenarios inverosímiles sin levantarnos del sofá o ver una película en una pantalla virtual pudiendo ajustar su tamaño hasta hacerla 100 veces más grande que la de un cine. Puedes convertir tu casa en una playa del sudeste asiático y las vistas desde tu ventana en un viaje por el universo al puro estilo Rick y Morty. Todo es posible. No importa si tu casa tiene apenas 50 metros cuadrados y manchas de humedad en cada esquina, podrás conseguir ignorarlo, podrás vivir en un mundo paralelo diseñado a tu antojo. Con sofás de oro aterciopelado y cuadros de Picasso colgados en cada esquina, eso sí, no podrás tocarlos. No podrás pasear por una galería semicubierta mientras sientes el frescor de un día lluvioso, podrás verlo, pero no podrás sentirlo… de momento.
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